13 de set. 2010

Un par de ideas

Hace poco vi un par de cosas fugaces en el metro que pueden ser munición literaria, y que os pongo en bandeja.


Volviendo de trabajar, en un vagón lleno e impersonal, no hace falta que os diga más; a mi derecha vi una chica. Con un jersey abierto de lana blanca, un bolso pequeño de cuero marrón cruzado al hombro; con el pelo abundante y corto, recortado por toda la nuca, y de una tez morena y tostada al sol mediterráneo durante siglos y generaciones. Tenía una belleza misteriosa, y estaba de frente a pocos centímetros de la puerta, preparada para salir a la siguiente estación. Ni tan siquiera supo que alguien la observaba, pues de su ojo brotó una lágrima que cayó en vertical, resbalando por la mejilla. Su mano la borró sin dejarle tiempo de seguir su viaje, pero al cabo de poco otras lágrimas, igual de fugaces, salían de ésos ojos abismales. A pesar de todo ésto, nuestra protagonista en ningún momento hizo amago de sollozar, no emitió ningún sonido, no hizo ningún movimiento delator. Silenciosa y escondida, lloraba, yo diría que de pena, por algo que sucedía por encima de nuestras cabezas. Y evidentemente,nadie se dio cuenta, sólo alguien en el sitio y el momento adecuados.



La otra cosa fugaz es más sencilla xD.


En un tren que entraba en la estación con el ruidoso viento que todos conocemos, la conductor no estaba sola. Junto a ella había otra mujer, y ésta sujetaba sobre una parte de los tableros a un niño con ojos fascinados. Delante suyo veía deslizar hacia un lado todo el andén lleno de gente, esperando poder subir al tren. Dentro de los oscuros y fríos túneles, podía ver como las vías siseantes desaparecían bajo sus pies. Una experiencia que, seguro, nunca olvidará, y que muchos otros niños evidiarían. Un viaje a las tinieblas?




Pues nada, espero que todos hayáis pasado un buen verano y que nos os haya afectado mucho la rentrée.




FD Sir Darkest

1 comentari:

  1. Me gusta la primera historia aunque es un ejemplo más de la impersonalidad de las ciudades. Me recuerda a Amelie.

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