28 de juny 2010

Aquello

Hola!

Veo la cosa un poco decaida. Acabo de terminar 2 cuentos de terror y acción que se complementan formando la historia que he titulado Aquello. También forma parte de mi recopilatorio de cuentos pero he creado una edición especial para mostrarsela a la gente.

Os dejo el enlace a continuación:


edit: Cambio el enlace ya que he corregido un pequeño error.

http://www.megaupload.com/?d=TUOQO95B


Si veo que nadie comenta nada y que esto sigue igual de decaido me borraré del blog :(

3 de juny 2010

Ocaso

Como lo prometido es deuda, aquí os dejo el cuento introductorio de mi recopilatorio titulado Desde la oscuridad hacia la luz al cual he llamado Ocaso. Humildemente espero que os guste :)

"Cierta noche tormentosa, acompañado por el sonido de las gotas al repicar, meditabundo y cansado, trataba de reflexionar, incansable y tenaz, sobre las historias que difusas e inacabadas, cada mañana lo venían a atormentar.

Angustiado, enfurecido y desesperado, en los folios las intentaba revivir, mas no era por falta de traza, pero nunca su cometido lograba conseguir.

Una vez más, su pluma, sobre la mesa dejaba caer y otra historia, inacabada, a la pila iba a morir. Ausente y consternado, otra noche la volvía a observar y ante ella, cual niño pequeño, de nuevo se echó a llorar.

De repente, una luz, cegado le dejó y un gran estruendo inundó la habitación. Suavemente, la certeza de una presencia le ha de perturbar, ¡pobre escrito infeliz!, alguien le aguardaba en el portal.

Saboreando el miedo, poco a poco, se ha girar y la frialdad de una presencia oscura él ha de palpar.

Con un rápido movimiento, abría la ventana de par en par y bajo la tormenta, totalmente enloquecido, todos sus escritos lanzaba sin dudar. Sonriendo como hacía años que no se le veía, hacía la puerta se dirigió y feliz, entre las sombras, desaparecía sin más.

Su inspiración, por fin, se llegó a materializar."

Convulsa paranoia

Trémulos compases de adrenalina cabalgaban ráudos a través de los pensamientos, congestionados por la extrema aceleración de la enorme mole. Un vértigo de resoplidos nocturnos acometian sin compasión a mis repámpanos auditivos, los cuales eran incapaces de decodificar aquel cúmulo de chirridos bramantes y agresivos. La abertura cristaloide, por el que asomaba la insigne computadora mental de mi consciente, cedió vencida, tras lo cual, una élite informante de órdenes hicieron que me replegara hacia el interior del habitáculo móvil.
A partir de ahí, continué el trayecto sentado, leyendo algo de fantasía galáctica mientras era trasladado por el paralelismo sempiterno de la dura línea viaria.